Cómo influye la lactancia materna en el divorcio

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Tomar la decisión de poner fin al matrimonio e iniciar el divorcio es siempre un paso muy difícil y duro, cualquiera que sean las circunstancias y razones que motivas la ruptura. Algunas personas necesitan unos días y otras incluso meses antes de tomar la decisión de acudir a un abogado especializado en divorcios. De hecho, la decisión de acudir al abogado es el auténtico reconocimiento de que el matrimonio ha terminado. Contratar a un abogado para nuestro divorcio no tiene porqué verse como un punto de no retorno, si existe solución la visión de un profesional externo puede dar más peso a la razón que al corazón. 

El divorcio no debería ser causa para interrumpir los beneficios que reporta al hijo la lactancia materna. Sin embargo, cuando se establece una custodia compartida en menores lactantes, la decisión judicial puede ser el desencadenante de que la lactancia sea abandonada, y con ella todos los beneficios físicos y psicológicos que aporta al hijo para su adecuado desarrollo.

Si bien la lactancia no queda regulada en ningún texto legal como uno de los elementos a valorar por el juez a la hora de resolver las medidas que deben regir las relaciones entre los progenitores y los hijos después del divorcio, lo cierto es que es un elemento que se encuadra directamente en el deber de velar por el interés superior del menor. 

De esta forma, aunque la lactancia es valorada como algo positivo para el menor y digno de protección, las discrepancias estriban fundamentalmente en qué periodo de tiempo está necesariamente protegida. Y aquí no tenemos una respuesta clara ni única, dependiendo de la sensibilidad de cada juzgador.

En estos casos, los progenitores deberían intentar por todos los medios que el hecho del divorcio y el cese de relación entre ellos no sea un impedimento para que el hijo lactante pueda concluir el periodo de lactancia materna que acuerden los progenitores. El hecho de divorciarse no es necesariamente una experiencia negativa o traumática y cuando existe un interés superior como el del adecuado y sano desarrollo de los hijos comunes, hay mayor motivo para que la ruptura no sea una crisis. 

Tipos de divorcios: de mutuo acuerdo o contenciosos

Obviamente, hay una gran diferencia entre un divorcio que se realiza de mutuo acuerdo y donde las partes suelen estar de acuerdo con todos los términos, es decir, desde el primer momento hay una clara voluntad por parte de ambos cónyuges de arreglar los asuntos de la manera más provechosa para ambos, o en el caso de que haya hijos, poniendo en el centro de todo el bienestar de los menores. De esta forma, cada uno de los implicados deberá poner de su parte y aceptar las condiciones del otro, pero siempre con el objetivo del bienestar de los hijos.

En estos casos en los que la extinción del vínculo matrimonial se realiza de manera consensuada, es bastante más sencilla y rápida la tramitación, pero a pesar de ello la intervención de un abogado matrimonialista será fundamental para asegurar la adecuación de las intenciones perseguidas con las reglas acordadas. Nuevamente el adecuado asesoramiento puede ser de capital importancia para las relaciones de los cónyuges en los años posteriores al divorcio.

En el caso de los divorcios en los que no hay acuerdo o también llamados contenciosos, y es precisamente en esos procedimientos en los que los abogados despliegan todo su saber hacer, puesto que deberán gestionar de manera diferente determinadas cuestiones, como la custodia de los hijos, uno de los problemas fundamentales en los divorcios contenciosos.